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Felipe Bogotá

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Director de Bogotá Cómo Vamos.

Enfoque de género para superar la pobreza en Bogotá


Edición N° 11. Junio-Julio de 2021. Pensar la Ciudad
Autor: Felipe Bogotá | Publicado en June 28, 2021
Imagen articulo Enfoque de género para superar la pobreza en Bogotá

Superar la pobreza solo es posible si existe un enfoque de género para lograrlo. La pobreza es un fenómeno estructural que pone de manifiesto la sociedad de privilegios en la que vivimos, donde quienes tienen las oportunidades y capacidades adquisitivas para acceder a bienes y servicios son aquellos que gozan de una mejor calidad de vida. Una de las representaciones de este problema son las brechas de género, las cuales constantemente vulneran los derechos de las mujeres y generan grandes pérdidas en términos sociales y económicos para los territorios. 

Pobreza en Bogotá

Estos problemas mencionados son reflejados en la coyuntura actual de Bogotá. La ciudad se enfrenta a una situación dramática e insostenible en términos de pobreza. Las últimas cifras del DANE evidencian que la personas en pobreza monetaria en la capital del país (3.357.585) alcanzan a ser un poco más que la población en Cali y Cartagena, mientras que aquellas en pobreza extrema (1.098.662) a la de Barranquilla. Por otro lado, la línea de pobreza se ubicó en $455.030, lo que significa que acceder a necesidades básicas es más costoso que en cualquier otra ciudad de Colombia. 

No obstante, existen dos temas que preocupan: el estancamiento en la lucha contra la pobreza y el aumento de la pobreza monetaria extrema. Para el primer tema, de acuerdo con las correcciones metodológicas del DANE que permiten realizar una comparabilidad desde el año 2012, la tasa de pobreza monetaria era del 27%, el mismo valor que en el 2019 (27,2%); es decir, la ciudad se acercaba a una década de estancamiento y el Covid-19 fue un detonante que la aumentó en un 12,9%. En el segundo aspecto, la tasa de pobreza monetaria extrema tuvo un crecimiento superior al 200% pasando de una tasa de 4% a 13,5%, es decir 764.245 nuevas personas en una situación donde no pueden satisfacer necesidades básicas de alimentación. 

También, analizar y pensar en soluciones para la pobreza en Bogotá es un problema de país. La capital representa el 31,3% del aumento del total nacional de pobreza monetaria y el 27,5% de pobreza monetaria extrema, seguido por Cali en un 10,6% y 8% respectivamente. 

El análisis de las causas que han llevado a la ciudad a estos datos se pueden mencionar dos temas cruciales relacionados a la desigualdad y la crisis del mercado laboral. En términos de desigualdad, medido por el coeficiente de Gini, se venía evidenciando un aumento preocupante: este indicador pasó de 0,498 en 2017 a 0,559 en 2020. La ciudad ocupa el primer lugar con mayor desigualdad en el país, en comparación con los principales dominios y 13 ciudades y áreas metropolitanas, le siguen Cali (0,523), Cúcuta (0,522) y Medellín (0,52). El modelo de bienestar de la ciudad presenta asimetrías, exclusión e inequidades para la mayoría de la población quienes vienen teniendo menores ingresos reales en los últimos años.  

La segunda causa es el detrimento del mercado laboral bogotano debido a la pandemia. Bogotá presenta uno de los mayores niveles de contracción del empleo en los mercados urbanos. Ciudades principales como Medellín presentan una reducción en el empleo de 4,44% comparado con el 11,25% de Bogotá en el periodo enero febrero 2020-2021. Estas contracciones de empleo se han dado tanto en el mercado formal como en el mercado informal, el cual tuvo una tasa de 42,2% a cierre de 2020 y representó una contracción del 8,8% del empleo. 

Estos datos y contextos permiten concluir que Bogotá cumple con la paradoja de las grandes ciudades latinoamericanas; son aquellas que producen la mayor riqueza del país, empleo y avances productivos con un marcado contraste de pobreza, desigualdad y problemas urbanos de inseguridad, contaminación y segregación para la mayoría de sus habitantes.

Mujeres en situación de pobreza

En el marco mencionado anteriormente sobre la pobreza en Bogotá, las mujeres evidencian una situación de mayor vulnerabilidad y brechas respecto a los hombres. Sumado a que la mayor vulnerabilidad es un escenario en el cual ante choques externos o crisis, quienes son más vulnerables sufren mayores impactos. Este es el caso de las mujeres en Bogotá quienes han sido mas afectadas por el covid-19 a nivel socioeconómico. 

La tasa de pobreza monetaria en las mujeres al cierre de 2020 fue del 40,6%, 1,1% por encima de la tasa de pobreza en los hombres. Igualmente, la tasa de pobreza monetaria extrema en las mujeres cerró en un 13,7% estando 1% por encima de la tasa en los hombres. 

Sin embargo, analizar la pobreza en las mujeres requiere profundizar en temas históricos como las inequidades de género en ingresos, oportunidades laborales y el rol de la mujer en el hogar. Analizando desde la causa-efecto sobre la pobreza actual, es evidente que la pérdida de empleo ha generado menores ingresos que no les permiten a las familias satisfacer las necesidades básicas. Para las mujeres el mercado laboral muestra marcadas diferencias. Por ejemplo, a cierre de 2020 la brecha en la tasa de ocupación entre hombres y mujeres fue del 18,4%, donde los hombres tuvieron una tasa de ocupación del 65,7% y las mujeres del 47,2%, significa que solo cerca de 5 de cada 10 mujeres en edad de trabajar habían trabajado al menos una hora, con o sin remuneración, o tuvieron un empleo en la semana previa a la encuesta. 

Similarmente, la tasa de desempleo comprueba la hipótesis inicial de mayor vulnerabilidad para las mujeres. El desempleo ha aumentado en la ciudad a niveles históricos, sin embargo, el aumento en las mujeres ha sido en mayor proporción. El aumento de la tasa de desempleo de las mujeres de 2019 a 2020 fue del 13,5% pasando del 11,1% en 2019 al 24,6% en 2020, mientras que el aumento del desempleo en los hombres fue del 10,9% pasando del 8,8% al 19,7% en los mismos periodos. El problema es mas profundo cuando se analizan las diferencias en el mercado formal e informal. Las diferencias en el mercado formal son preocupantes, en el periodo enero-febrero 2020-2021 la contracción de empleo formal de las mujeres fue del 18,4% y el de los hombres del 8,4%. Esto obedece a un problema estructural relacionado a que los empleos formales que ocupan las mujeres son aquellos mas sensibles a cambios en el aparato económico y de menor grado de especialización. 

Estos indicadores muestran categóricamente que sin enfoque de género no hay superación de la pobreza. Las mujeres en Bogotá padecen en mayor grado la desigualdad, las debilidades del mercado laboral y la falta de oportunidades; variables que han aumentado su impacto a causa de la pandemia.

Tenemos una deuda histórica como sociedad con las mujeres quienes han sido esenciales en el progreso de la humanidad sin obtener la justa retribución en relación con la proporción de su contribución a la sociedad, basado en un enfoque de derechos y no privilegios.

Un nuevo paradigma

Estos escenarios de pobreza y mujeres nos hacen un llamado a una reactivación económica y social equitativa. De no ser así, la recuperación no será sostenible y nuestra ciudad tendrá efectos devastadores en el largo plazo. Una reactivación equitativa pone en el centro de la discusión a las personas con un enfoque de género. 

Es el momento de diseñar y establecer políticas públicas para la superación de la pobreza con una mirada focalizada de mitigación y movilización económica hacia las mujeres, las cuales no solo generan sustento para ellas y muchos hogares que son sostenidos por jefaturas femeninas, sino permiten tener la libertad para no pasar hambre, gozar de mejor salud, no padecer privaciones y aumentar su participación en el mercado laboral, así como en el entorno político, algo necesario para soñar sociedades igualitarias. Este tipo de políticas proporcionaran beneficios sociales y económicos tanto para las mujeres como para niñas, niños, jóvenes; las futuras generaciones de nuestra ciudad.

También, es importante comprender las diferencias en el rol fundamental que tienen las mujeres en el bienestar de todas las personas. Un aspecto fundamental es entender las actividades del cuidado y el hogar que realizan las mujeres, las cuales son de suma importancia para todos los grupos etarios y diferentes sectores. Se deben diseñar programas que generan un marco de reglas, incentivos y oportunidades para las mujeres que tienen labores asociadas al cuidado. Por ejemplo, se destaca la apuesta de la actual Alcaldía de poner como eje estratégico del Plan de Ordenamiento

Territorial de los próximos 15 años el tema del cuidado desde la planeación urbanística, ordenamiento del territorio, así como su participación en temas como el espacio público, la movilidad y los equipamientos básicos. 

Una apuesta como esta tiene alto impacto si observamos que según el reporte para 2020 realizado por la Secretaría de la Mujer de Bogotá, para el 2020 el número de mujeres que realizaban como actividad principal labores de cuidado pero que además no recibían ningún ingreso por ningún trabajo o actividad adicional correspondía a 1.163.216 mujeres. Si se hace un promedio simple se llega a que el 28,5% de las mujeres en Bogotá durante el año 2020 se dedicaron principalmente a trabajos de cuidado no remunerados mientras en el año 2019 este porcentaje era del 11%. Evidentemente otra consecuencia negativa para las mujeres derivada de la pandemia y el confinamiento. 

En conclusión, estamos atravesando por hechos históricos que han visibilizado las falencias en nuestro modelo de desarrollo social. Esta crisis es una oportunidad para cambiar el paradigma sobre el cual tenemos construido el modelo económico pasando a un modelo de desarrollo sostenible que tiene entre sus principios que no podemos pensar territorios prósperos si dejamos personas atrás.