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Gustavo Adolfo Carrión Barrero

Gustavo Adolfo Carrión Barrero

Investigador y consultor. Docente Universidad Distrital Francisco José de Caldas.

¿Reverdecer a Bogotá? La estructura ecológica principal del POT 2021


Edición N° 13. Septiembre de 2021. Pensar la Ciudad
Autor: Gustavo Adolfo Carrión Barrero | Publicado en August 24, 2021
Imagen articulo ¿Reverdecer a Bogotá?  La estructura ecológica principal del POT 2021

Un amigo me decía hace poco, que finalmente había terminado de leer la propuesta de Plan de Ordenamiento Territorial (POT) para Bogotá que se viene construyendo desde el año pasado. Entre chiste y chanza, le contesté que yo aún estaba acabando de leer el que tenemos desde el 2004 y que apenas lo estaba entendiendo.

Si de leer se trata, la versión POT entregada el 12 de julio al Consejo Territorial de Planeación Distrital se plantea como algo ilegible, inacabable y complejo, al igual que todas las versiones que se han discutido o rechazado hasta el momento. Viene con un proyecto de acuerdo de 693 artículos y más de 250 documentos que incluyen: 5 tomos técnicos de soporte, 29 anexos, montones de cuadros, 170 mapas, 19 actas de concertación ambiental y muchos más mapas, con un subtítulo inspirador o amenazante: “El renacer de Bogotá 2022 - 2035”

¿Cuál es la apuesta ambiental del plan de ordenamiento territorial? ¿A qué horas leer todo, analizar e interpretar ese reverdecer de Bogotá? Mientras sigo leyendo y buscando aún respuestas a estas preguntas, comparto unas reflexiones iniciales de este repaso general, de esta primera lectura a componentes ambientales, con el fin de empezar a entender en que radica dicho reverdecimiento, desde una primera mirada a la propuesta de estructura ecológica principal.

Para empezar, se debe decir que el plan de ordenamiento territorial propone cinco desafíos de largo plazo, dentro de los cuales, uno de estos apunta a “Responder, con sentido de urgencia, a la emergencia climática y de pandemia, así como a la pérdida de biodiversidad y de servicios ecosistémicos, para mejorar el entorno de vida y promover la salud y el bienestar de la ciudadanía y de todas las formas de vida que comparten el territorio distrital”.

Se plantean políticas de largo plazo relacionadas con protección de recursos naturales, poblamiento en contexto de emergencia climática y postpandemia e integración regional, que abordan, al menos en papel, intenciones importantes. Se proponen además 3 objetivos específicos de 7 (Objetivos 1-2-3 y 7, articulo 5 proyecto de acuerdo), relacionados con protección de la estructura ecológica principal, capacidad de resiliencia del territorio y mejoría del ambiente urbano, y un cuarto objetivo asociado con desarrollo rural sostenible. 

La apuesta suena interesante. Un análisis del logro de las políticas ambientales del actual POT sería un primer paso para saber que de todo ellas ha servido, y eso no es tan claro -por ahora- en los documentos entregados en julio, más allá de abordajes generales en anexos de seguimiento al POT vigente.

El cumplimiento de estos objetivos y políticas depende de la fortaleza de componentes territoriales e instrumentos de gestión para alcanzar los fines. Por el momento, nos concentraremos en el primer objetivo “Proteger la estructura ecológica principal y los paisajes bogotanos y generar las condiciones de una relación más armoniosa y sostenible de la ciudad con su entorno rural”, dejando los temas de emergencia climática, medio ambiente urbano y riesgos para otro repaso.

Ampliar estructura ecológica para reverdecer

El concepto de estructura ecológica principal se planteó en el Plan Ambiental de la Cuenca Alta del Río Bogotá por Thomas Van der Hammen (1998), luego abordado y reinterpretado en la formulación del primer plan de ordenamiento territorial de Bogotá (2000) como una de las tres estructuras que soportan el modelo de ocupación territorial. En la propuesta POT 2021 se retoma y define como conjunto de elementos bióticos y abióticos que dan sustento a los procesos ecológicos esenciales del territorio, con finalidades de preservación, conservación, restauración, uso y manejo sostenible de los recursos naturales renovables.

La propuesta de estructura ecológica tiene avances importantes, y esfuerzos hacia el mentado reverdecimiento (ver mapa 1). Hay una ampliación de áreas, pasando de 94.925 hectáreas previstas en el POT vigente (2004) a 120.290 hectáreas, localizadas en su mayoría en suelo rural, en concordancia con desarrollos de políticas nacionales ambientales y de ordenamiento rural de los últimos años. 

 

Plan de OrdenamientoPlan de Ordenamiento 1
Se avanza en la reorganización de componentes de dicha estructura con nuevos parques ecológicos y nuevas figuras como los paisajes sostenibles, agroparques y áreas de resiliencia climática. Se recategorizan figuras como las áreas forestales distritales, se ajusta el nombre de reservas de humedales y se declaran 2 nuevos humedales. 

Adicionalmente, se plantea la articulación de usos con determinantes ambientales de los ríos Bogotá, Blanco y Guayuriba, para armonizar decisiones de política ambiental, y se abandona la idea de integrar totalmente espacios naturales y espacio público efectivo, como proponía la anterior administración en la peligrosa propuesta de “Estructura Ambiental y de Espacio Público”.

      Plan de Ordenamiento 3
La propuesta tiene planteamientos similares a la fallida revisión del POT del año 2013, desde la cual también se avanzaba en ampliaciones, recategorizaciones y definición de acciones para garantizar la conectividad ecológica, la adaptación al cambio climático y la reducción de necesidades de suelo de expansión urbana.

A manera de recomendación, podría darse una organización que visibilice más la cuencas y territorios ambientales de Bogotá como espacios de ordenación y centros del planeamiento de la estructura ecológica principal. 

Tensiones con otras estructuras y componentes

La estructura ecológica principal no se puede entender aislada de otros sistemas territoriales, en tanto que el conjunto da el soporte a la definición del modelo de ocupación territorial. La propuesta POT 2021 aborda 3 estructuras territoriales adicionales con las cuales se dan interacciones, conflictos y contradicciones.

Es el caso de la Estructura Funcional y de servicios del cuidado, con tensiones permanentes por la configuración territorial de la ciudad. Algunas de esas tensiones vienen desde el pasado en componentes como el sistema de movilidad y otras como el sistema de espacio público. La superposición de corredores de alta capacidad, la propuesta de 3 líneas de metro y la ambición de planes de obras previstos en documentos CONPES de movilidad, plantean alertas ante la pretendida prevalencia de la estructura ecológica sobre otras estructuras.

Un caso que ya genera polémica, se da por la superposición de vías con humedales y la propuesta de mecanismos de compensación dada en este POT cuando eso suceda. Si bien se dan exigencias técnicas importantes para cuando esto ocurre, es necesario revisar muy bien el efecto que esto puede tener en abrir puertas a modificar cualquier humedal en cualquier momento. El POT ya identifica 4 humedales superpuestos con reservas viales construidas y proyectadas, y realindera el humedal Capellanía por superposición con la Avenida Longitudinal de Occidente (ALO).

Estructuras para reverdecer y gestión para lograrla

Hay cierta distancia entre apuestas de largo plazo de la estructura ecológica, y las estrategias e instrumentos para alcanzarlas. El mismo diagnóstico señala que la forma en que se han establecido las rutas de toma de decisiones de los últimos años frente a la estructura ecológica, ha conllevado a una acción extendida en el tiempo que no alcanza resultados de impacto en sostenibilidad ambiental del territorio. Por eso, preocupa que la propuesta de estructura ecológica carezca de marcos claros de gestión y financiación.

Más allá de la delimitación de nuevas áreas o el énfasis dado a asuntos estratégicos como la conectividad ecológica en una ciudad endurecida, buena parte de la gestión propuesta se reduce a la definición restrictiva de usos para cada figura, el diseño de indicadores generales de producto-resultado para objetivos específicos o la definición de responsabilidades de administración de algunas áreas. Se apuesta por la implementación de planes de manejo ambiental, pero no se afronta un problema de gestión-operación en dichos planes: la ausencia de plazos de los proyectos.

Hay estrategias puntuales de gestión como los bosques urbanos y otras de conectividad ecológica, pero estas acciones no definen aún de forma clara las áreas en las cuales se implementarían dichas figuras, y en últimas, no están dadas para atender la gestión integral de la estructura ecológica. 

De otro lado, no hay estrategias claras de financiación de dicha estructura, como si la tienen componentes del sistema de movilidad. Menos del 6% del presupuesto del POT se destina a la estructura ecológica sin fuentes permanentes para el cumplimiento de los objetivos planteados, y aunque se dan figuras novedosas y alternativas como la transferencia de derechos de construcción para adquirir terrenos de la estructura ecológica principal en suelo rural, no hay instrumentos de financiación definidos para garantizar el logro del objetivo ambiental propuesto.

 Plan de Ordenamiento 4
 

Reverdecer gris al sur

Conflictos socioambientales sobre la estructura ecológica se dan en toda la ciudad, pero con este POT, hay algunos hacia el sur que tienden a reforzarse. Uno de los más visibles y complejos se da con una Actuación Estratégica que lleva paradójicamente por nombre “Reverdecer del Sur” en el río Tunjuelo y que plantea afectaciones significativas al modelo de ciudad de los próximos años. 

Desde esta actuación se dice recoger 3 objetivos ambientales del POT, y una estrategia que “contribuye a la revitalización urbana del sur de la ciudad”. Una apuesta por desarrollos urbanísticos en el 40% del área neta urbanizable, con tratamientos de desarrollo en zonas con riesgos por construcción en rellenos que no han sido controlados en mucho tiempo, amenazas altas por encharcamiento y una ronda de corredor del río que probablemente no acoge criterios claros de delimitación.

La zona cuenta con propuestas hechas por comunidades y universidades para contar con un Parque ecológico, y tanto la administración de Enrique Peñalosa (en su proyecto “Lagos del Tunjuelo”), como la actual administración, rechazan de plano dicha propuesta, desconociendo avances previos.
           
Plan de Ordenamiento 5

Otro conflicto en esta zona, se ve en el reconocimiento parcial del parque ecológico bosque subxerofítico Cerro Seco en toda su extensión, por superposición con zonas de minería y figuras de parques de borde, lo cual puede llegar a tener consecuencias sobre la protección integral de este ecosistema; asunto que plantea alertas por intereses de mineros sobre la zona, y por las respuestas tímidas y contradictorias de la administración a peticiones ciudadanas.