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Cecilia Rincón Verdugo

Cecilia Rincón Verdugo

Profesora de la Facultad de  Ciencias y Educación de la Universidad Distrital

La Educación Inicial: una vieja deuda social y educativa


Edición Nº 3. Agosto de 2020. Pensar la Ciudad
Autor: Cecilia Rincón Verdugo | Publicado en August 10, 2020
Imagen articulo La Educación Inicial: una vieja deuda social y educativa

El país tiene una deuda social con la infancia. Luego de 26 años de haber sido promulgada la Ley General de Educación, aún no se ha implementado y garantizado el derecho consagrado en el artículo 18: “el nivel de educación preescolar de tres grados se generalizará en instituciones educativas del Estado o en las instituciones que establezcan programas para la prestación de este servicio, de acuerdo con la programación que determinen las entidades territoriales en sus respectivos planes de desarrollo”. 

Para cerrar las profundas brechas sociales y las inequidades educativas, uno de los principales desafíos del Plan de Desarrollo Distrital Un nuevo Contrato Social y Ambiental para la Bogotá del Siglo XXI es ampliar la oferta de educación inicial para los niños entre 3 y 5 años de edad, desarrollando, optimizando y mejorando la infraestructura educativa, mediante la coordinación interinstitucional de diferentes estrategias que ayuden a superar el rezago que se tiene frente a la demanda y avanzar en la atención de niñas y niños en los niveles se prejardín, jardín y transición. 

La Secretaría de Educación Distrital se propone cerrar las brechas en este nivel de educación, fortaleciendo la matrícula por grupos etarios y género. Las cifras entregadas por la Oficina Asesora de Planeación indican que para los próximos 4 años la matrícula aumentará un 16.75% en los tres grados de educación inicial. Esto significa pasar de 73.870 (línea base 2019) a 86.240 cupos en el (2024) población infantil distribuida de la siguiente manera: Prejardín 9.707 cupos, Jardín 26.420 cupos y Transición 50.113 cupos. La brecha de atención entre 2019 al 2024 es de 13.370 niños y niñas con más oportunidades de educación 

Si bien no precisa cuáles van a ser las estrategias en la gestión para cumplir esta meta, ojalá se avance en la atención a niños y niñas de las localidades como Suba, Kennedy, Ciudad Bolívar y Bosa que albergaban las más altas cifras de población menor de 5 años y según la Encuesta Multipropósito 2014 solo el 43,8 % de esta población es beneficia con algún servicio de atención a la primera infancia.

Bogotá en materia de política de infancia desde el (2004 - 2020) viene realizando  avances significativos para garantizar el derecho a la educación de niños y niñas; en el año  (2010), se presentó por primera vez  el “ Lineamiento Pedagógico y Curricular para la Educación Inicial en el Distrito” fruto del trabajo participativo que lideraron las Secretarías de Educación y de Integración Social, acompañados por equipos  de maestros, maestras, organizaciones sociales y universidades, referente que ha contribuido a la construcción del horizonte del  trabajo pedagógico para la atención integral de los niños y las niñas menores de 6 años.

Sin embargo, actualmente la mayoría de los colegios públicos distritales solo ofrecen el grado de transición. Para niños menores de cinco (5) años está pendiente la implementación plena de los tres grados de educación inicial en los colegios oficiales:  prejardín (niños de 3 años) y jardín (niños de 4 años). Para superar esta realidad, el Plan Sectorial de Educación 2020-2024 señala: “El 100% de colegios ofrecerán el grado de transición, el 90% de las instituciones abrirán el grado de jardín y un 10% de colegios tendrán oferta en prejardín”. Garantizar y hacer efectivo el derecho a la educación de tres grados para todos los niños y niñas, exige la apertura de nuevos jardines, la adecuación y construcción de áreas y ambientes especiales para la educación infantil en los colegios antiguos y nuevos. 

La paradoja en materia de políticas educativas para la infancia, es que si bien en los Planes de Desarrollo se han propuesto grandes metas, como aumento de cupos, gratuidad y calidad,  hoy  las cifras y la realidad permiten constatar, que aún persiste el diagnostico que hace  más de 20 años  la primera Misión de Ciencia, Educación y Tecnología entregó al gobierno de la época  sobre la situación de la educación preescolar en nuestro país:  “prevalencia de la falsa idea de que es fácil educar a los niños pequeños y que por ello cualquiera puede hacerlo sin tomar conciencia de la importancia decisiva que tiene la educación temprana en el desarrollo humano, carencia de infraestructura, de apoyo tecnológico y material pedagógico adecuado para el fomento de la creatividad, inexistencia de sistemas de detección temprana de talentos y vocaciones especiales y de competencias o deficiencias mentales y sensoriales”. 

El Plan de Desarrollo (2020-2024) en materia educativa se propone también avanzar en la formación y cualificación de maestras y maestros de educación inicial, seguir  apoyando la formación posgradual en los niveles de especialización, maestría y doctorado; igualmente señala la importancia de que los profesores  se comprometan con la transformación de las prácticas pedagógicas, mediante la aplicación y apropiación conceptual de los “Lineamientos pedagógicos y curriculares de educación inicial” propiciando que desde la primera infancia se construyan bases sólidas en las diferentes dimensiones del desarrollo infantil: físico, emocional, intelectual, creativo y ético, así como  también en este ciclo de la educación se requiere contar con la participación de las familias, establecer vínculos y entornos cada vez más fuertes y vivenciales entre el colegio y la familia. 

Este propósito de mejorar la calidad de la educación exige una profunda transformación pedagógica y curricular. Un número importante de colegios distritales ya habían avanzado en la experiencia de “reorganización de la enseñanza por ciclos educativos”.  Es deseable que esta experiencia de trabajo por ciclos escolares, que logró elevar la calidad de la educación y mejorar los resultados en las evaluaciones masivas, volviera a ponerse en juego. Volver a un primer ciclo de educación inicial que incluya los tres grados: prejardín, jardín, transición y el primero de primaria permitiría superar la organización por grados e incluir las diferencias etarias, un ciclo escolar con objetivos de aprendizaje a largo plazo, capaz de promover el desarrollo humano y la creación de capacidades en todos los niños y niñas que integran el primer ciclo escolar.

El premio Nobel de economía James Heckman, señala que el “Poder de los primeros años” radica en que hay evidencias científicas, en psicológica, neurociencias, economía y educación que de muestran la importancia del desarrollo de habilidades y destrezas tempranas y la necesidad de que los responsables de la educación entiendan las ventajas de gozar de este derecho. La calidad de la educación en los colegios de Bogotá se fortalecerá con la implantación de la educación inicial de tres (3) grados. La equidad y las posibilidades reales de igualdad de los seres humanos empiezan desde los primeros años de la vida. 

Para alcanzar la integralidad de la política de educación inicial, el Plan de Desarrollo, en el artículo 60, se propone cuidar la salud mental y emocional de niños, niñas y adolescentes y dar cumplimiento al Código de Infancia y Adolescencia consagrado en la Ley 1098/2006. Señala que trabajará en perspectiva con las demás políticas existentes y  con diferentes estrategias y acciones se compromete con la protección; señala que se establecerá un sistema integral de prevención de riesgos y peligros a niños, niñas, adolescentes y jóvenes para promover una cultura de respeto a la integridad física, psicológica y emocional de los menores de edad; territorializará  la prevención de violencias, riesgos y peligros tanto en entornos escolares, urbanos, familiares y comunitarios así como los que se llevan a cabo en espacios virtuales o mediante el uso de nuevas tecnologías y redes sociales. 

Si bien Colombia tiene la Política de Cero a Siempre -desde la gestación hasta los seis años de edad-  es importante para una ciudad tan diversa como Bogotá, continuar con el liderazgo en la formulación de políticas para la infancia, seguir imaginando y creando participativamente nuevas alternativas en la educación infantil, asumiendo desafíos como el que propone Francesco Tonucci, asesor de la Misión de Educación y Sabiduría Ciudadana: Transformar las escuelas y jardines infantiles en verdaderos espacios de partición y convertir las aulas de clase en laboratorios de aprendizaje.