Andrés Forero
Concejal de Bogotá por el Centro Democrático
Control político en tiempos de pandemia
Edición Nº 5. Octubre de 2020. Pensar la Ciudad
El coronavirus nos ha forzado a modificar prácticamente todas las actividades humanas. Como es natural el ejercicio de control político no ha sido la excepción. En el caso de Bogotá hay que apuntar que, a diferencia de lo que ocurrió en el Congreso de la República, en el Concejo rápidamente se presentaron convergencias sobre la forma como los concejales debíamos adelantar nuestras funciones constitucionales en medio de la emergencia sanitaria. Por tal motivo se aprobaron oportunamente, de manera unánime las disposiciones relacionadas con la posibilidad de sesionar a distancia a través de una de las tantas plataformas digitales disponibles.
Esta forma de cumplir con nuestras obligaciones como concejales tiene sus pros y sus contras, sus ventajas y desventajas, que a lo largo de estos meses se han puesto de presente. Hay que señalar que la virtualidad ha propiciado que algunos funcionarios distritales resten importancia a los debates de control político dándole prioridad a otro tipo de actividades. Personalmente padecí esta situación cuando cité a debate de control político al director del IDU para que explicara qué estaba pasando con las obras de valorización y tuvimos que reagendar el debate porque el funcionario, de manera completamente injustificada e irrespetuosa, se conectó a la sesión mientras atendía una rueda de prensa junto a la señora alcaldesa. Por mi experiencia en el periodo pasado estoy convencido de que si hubiéramos estado sesionando presencialmente esto no hubiera pasado y que la alcaldesa hubiera agendado la rueda de prensa de marras a una hora que riñera con las sesiones del Concejo. Naturalmente esta no ha sido la única experiencia de este tipo y creo no equivocarme al afirmar que por ausencia de secretarios en las sesiones se han cancelado más debates en lo que va de este año que en los cuatro años del período anterior.
A esto se suma que a veces los secretarios se desconectan o se desentienden de la sesión y es difícil controlar que estén prestando la atención debida. Por otro lado, no siempre la tecnología acompaña y en algunas ocasiones se corta la señal en medio de la exposición de algún argumento o en plena votación. Las votaciones se vuelven un poco más dispendiosas, pero no se constituyen en un obstáculo insalvable, aunque sin lugar a duda la falta de un contacto directo con los demás pauperiza parcialmente la calidad de los debates.
En parte es por esta razón que cuando las condiciones epidemiológicas lo permitieron, se adoptó la semi-presencialidad, de manera que un porcentaje de los concejales, de forma totalmente voluntaria, puede asistir al recinto mientras que los demás pueden participar de forma remota. En el caso de los secretarios se definió que aquellos que no tengan comorbilidades y sean citados por las correspondientes bancadas deban asistir a responder presencialmente las proposiciones de control político. Bajo esta modalidad se discutió y aprobó, en maratónicas sesiones, el Plan Distrital de Desarrollo, se han discutido y aprobado proyectos de autoría de los concejales y se han llevado a cabo distintos debates de control político. Algunos concejales, por razones de edad o porque conviven con personas vulnerables a un eventual contagio de coranvirus, han decidido libremente no asistir al recinto bajo ninguna circunstancia, mientras que otros han estado sesionando presencialmente con bastante frecuencia. A este respecto hay que decir que a veces las solicitudes de quienes sesionan virtualmente se demoran en ser atendidas por quien preside las sesiones y que cuando intervienen no saben si los funcionarios citados están o no prestando atención.
A pesar de estas inevitables limitaciones creo que en medio de todo el balance es positivo. En plena pandemia el Concejo ha seguido funcionando, se siguen mandando derechos de petición y aprobando proposiciones, se siguen discutiendo proyectos de acuerdo y realizando debates de control político y desde las diferentes orillas ideológicas se sigue aportando a la construcción de ciudad. Sin duda alguna se ha perdido parte del sabor propio de los debates presenciales, pero las nuevas tecnologías han evitado que la pandemia acabara por completo con el control político. De hecho, las redes sociales y los medios de comunicación, con algunas adaptaciones, siguen siendo la caja de resonancia de muchas de las denuncias que se hacen desde el Concejo. Por lo visto la pandemia no va a desaparecer prontamente y por eso creo que la semi-presencialidad seguirá siendo la norma en el cabildo distrital en el futuro próximo. La idea es aprender de las experiencias que hemos tenido en estos meses para corregir lo que se pueda corregir, aceptar lo que no se puede cambiar y así sacar el máximo provecho a esta nueva forma de hacer control político.