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Rendición de cuentas 2019
Patricia González Ávila

Patricia González Ávila

Comunicadora Social y abogada con maestría en Planeación Urbana y Regional. 
Secretaria de Integración Regional del Departamento de Cundinamarca 
 

Hechos de confianza para construir la región


Edición Nº 4. Septiembre de 2020. Pensar la Ciudad
Autor: Patricia González Ávila | Publicado en September 06, 2020
Imagen articulo Hechos de confianza para construir la región

La creación de la figura de la Región Metropolitana como una nueva institucionalidad para la asociatividad regional de Bogotá-Cundinamarca es un paso fundamental que algunos hemos denominado histórico. Es histórico porque desde hace más de cuatro décadas se había trabajado sin éxito en aprobar una figura para gestionar este territorio común, y porque era necesario enviar y concretar gestos de confianza que permitieran hacer realidad ese anhelo.

La anexión a Bogotá de los municipios de Usme, Engativá, Suba, Bosa, Fontibón y Usaquén, mediante el Decreto Legislativo 3640 de 1954, sigue siendo un fantasma que ronda tanto a ciudadanos como autoridades. Este temor lo resuelve el reciente Acto Legislativo 002 del 22 de julio de 2020, que reformó la Constitución Política y creó la Región Metropolitana Bogotá-Cundinamarca, el cual señala que “las entidades territoriales que la conformen mantendrán su autonomía territorial y no quedarán incorporadas al Distrito Capital”. 

Este es uno de los gestos de confianza incluidos en la reforma constitucional que da un lineamiento claro en el sentido de que la Región Metropolitana no es, de ninguna manera, un camino para incorporar municipios a la capital, sino para avanzar en la asociatividad territorial, cuyos principios básicos son la colaboración, la complementariedad, la corresponsabilidad.

Ante el peso evidente de Bogotá, por el tamaño de su población y de su economía y su capacidad institucional, era necesario equilibrar esas relaciones con la participación de un actor representativo. Es por esta razón que la Región Metropolitana la constituyen el Distrito Capital, Cundinamarca y sus municipios. Los departamentos, de acuerdo con el artículo 298 de la Constitución Nacional, tienen “autonomía para la administración de los asuntos seccionales y la planificación y promoción del desarrollo económico y social dentro de su territorio”. En este sentido, el Departamento era el llamado a integrar la Región, representando los intereses de sus 116 municipios y generando un interlocutor válido parasuperar “el tono paternalista y unilateral de las discusiones ” (1) que por años hacían ver como si Bogotá quisiera imponer una visión regional por encima de las posiciones e intereses de los municipios. El Acto Legislativo contiene, además, otras manifestaciones claras en esta misma dirección.A diferencia de las áreas metropolitanas, en la Región Metropolitana no “se contemplará la figura de municipio núcleo como estructura organizacional ni habrá lugar al derecho al veto. Ninguna decisión sobre los temas que defina la Región Metropolitana podrá ser tomada por una sola de las entidades territoriales asociadas”. Si bien el sistema de toma de decisiones será objeto de definición en la Ley Orgánica, ya hay una regla clara de que Bogotá, Cundinamarca y los municipios estarán en la región en igualdad de condiciones.

El hecho de ser una Región Metropolitana dispone también que no se trata solamente de Bogotá y los municipios circunvecinos, sino que podrá incluir a otros entes territoriales “cuando compartan dinámicas territoriales, ambientales, sociales o económicas”, como reza el Acto Legislativo, lo cual permitirá considerar hechos como la conservación y restauración de las áreas estratégicas del Departamento por su valor ambiental, la seguridad hídrica o el abastecimiento alimentario.

La creación constitucional de la Región Metropolitana es, sin duda, un gran paso, pero es el primero de varios que deben generar las condiciones para concretar la Región. Es fundamental que la Ley Orgánica, que definirá el funcionamiento de la Región, los hechos metropolitanos de los que se ocupará y su grado de autonomía, el mecanismo para el ingreso de los municipios, la toma decisiones, las formas de financiación y los mecanismos de participación, brinde garantías para la participación de los municipios.

Es por ello que se adelanta por parte del Congreso de la República, la Gobernación de Cundinamarca y la Alcaldía de Bogotá un proceso para la participación de las provincias, los municipios y las localidades en la construcción de una propuesta para ser presentada el próximo año para su estudio y aprobación.

Hacia adelante, hechos de confianza

Otro de los pasos fundamentales que se deberán surtir a lo largo de este proceso es atender aquellos asuntos pendientes históricamente y en los que los municipios del Departamento reclaman un trato justo y equitativo.

Por ejemplo, en 1991 se llamaba la atención sobre el hecho de que “faraónicas represas y complejas hidroeléctricas, que nos enorgullecen a los colombianos, se levantan arrogantes en medio de poblaciones campesinas que no han recibido a cabalidad los mínimos servicios y no ocultan su desconcierto ante la urbanización de su entorno, sin que aprecien una tangible o inmediata compensación ”.(2) 

Precisamente, en el año 1996 entró en operación el Embalse San Rafael en La Calera y casi 25 años después los habitantes de ese municipio hoy reclaman que, a pesar de haber sido construido en su territorio un embalse como reserva para el suministro de agua a Bogotá, hay varias veredas del municipio que aún no tienen servicio de agua potable. De hecho, La Calera cuenta con el esquema de venta de agua en bloque para cubrir el 10% de su demanda y el 90% restante proviene de la Quebrada San Lorenzo, lo que representa dificultades en la continuidad del servicio.

Cundinamarca con la Hidroeléctrica del Guavio, ubicada en el municipio de Gachalá, la Central Hidroeléctrica I del Río Bogotá y la Cadena de Generación Hidroeléctrica Pagua, es el segundo departamento en participación en la generación de la energía eléctrica en Colombia. Para el primer semestre del 2018, el Departamento aportó el 14% de la energía del Sistema Interconectado Nacional con 4.841,69 gwh (3) . En la actualidad, varios municipios como Tabio, Zipaquirá, Gachancipá, Suesca, Sesquilé, Subachoque, Cogua y Nemocón expresan su preocupación por el impacto que la expansión de la línea de transmisión provenientes de la hidroeléctrica de Chivor y la construcción de torres de energía podrá tener sobre las zonas de reserva de la cuenca alta del río Bogotá. 

Otro proyecto previsto es la línea de alta tensión entre Sogamoso y Nueva Esperanza que atraviesa los departamentos de Santander, Boyacá y Cundinamarca rodeando Bogotá por el Occidente y atravesando la provincia del Tequendama hasta llegar a Soacha, generando alertas en los pobladores sobre sus posibles impactos.

En la Región hay más de 190 áreas protegidas y el 13% del área de páramos del país. Por eso  los pobladores de las provincias de Sumapaz y el Guavio, conscientes del alto valor ecológico y ambiental de sus territorios, reclaman esquemas de compensación en los que el Distrito reconozca los esfuerzos de conservación de los elementos ambientales y áreas protegidas, garantía de la seguridad hídrica y la sostenibilidad de la Región. 

Territorio organizado

Uno de los temas más neurálgicos es el crecimiento de la población de la región y la ocupación de los habitantes en el territorio. Mientras en el año 1997 Bogotá tenía una extensión de su huella urbana, es decir de su mancha de urbanización, de 31.334 hectáreas y los 20 municipios cercanos de 6.530 hectáreas, en 2016 Bogotá pasó a 36.143 hectáreas y los municipios a 27.309 hectáreas (4).  Esta situación muestra cómo la capital tuvo un crecimiento más estable mientras que en los municipios de borde se dio un creciente proceso de urbanización.

En particular, Soacha es uno de los municipios que se destaca por un crecimiento poblacional acelerado y sostenido. Con 660.179 habitantes es el municipio más poblado de Cundinamarca y representa el 23% de la población total del Departamento. Actualmente concentra una amplia oferta de vivienda, especialmente VIS y VIP. 

La cercanía a la capital del país históricamente se ha considerado la causa de los problemas y, al mismo tiempo, de las oportunidades del municipio, y por eso se reclama el apoyo de Bogotá y del Departamento para afrontar los retos relacionados con la prestación de servicios públicos, de salud, educación y bienestar, la generación de empleo, derivados de la llegada masiva de nuevos habitantes al municipio.

Estos temas son algunos de los que deben ser abordados en el proceso de construcción de la Región Metropolitana para que los municipios de Cundinamarca encuentren beneficios tangibles al integrarse a la Región.

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(1) Gousét, Vicent. Hacer Metrópoli. Universidad Externado de Colombia.

(2) Gobernación de Cundinamarca. Memorias Foro Las relaciones entre Bogotá y Cundinamarca. 1991

(3) Unidad de Planeación Minero Energética – UPME, (2018). Boletín estadístico de minas y energía 2016 – 2018. 

(4) Alcaldía Mayor de Bogotá y Gobernación de Cundinamarca. Estudio de crecimiento y evolución de la huella urbana para los municipios que conforman el área Bogotá Región. 2018