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Rendición de cuentas 2019
Paula Doria

Paula Doria

Periodista, La Silla Vacía

La sensación de inseguridad en Bogotá: más allá de los medios


Edición N° 14. Octubre-Noviembre de 2021. Pensar la Ciudad
Autor: Paula Doria | Publicado en November 11, 2021
Imagen articulo La sensación de inseguridad en Bogotá: más allá de los medios

Hace unos meses le preguntaron al entonces secretario de Seguridad de Bogotá Hugo Acero por la percepción de inseguridad de los bogotanos. 

En ese momento, según una medición virtual de Bogotá Cómo Vamos, el 77 % de los encuestados se sentían inseguros. El año anterior esa cifra estaba en 49. En 2019 el 37 % se sentía de esa manera. Aunque las metodologías de las encuestas fueron distintas, preguntas telefónicas y vía web en 2021 y 2020, y presencial en 2019, el cambio de percepción era preocupante. 

Ante esas cifras, Acero sugirió que la responsabilidad la tenían los medios de comunicación: “Son hechos reales, algunos más mediáticos que otros, pero que van sumando a través de medios de comunicación, redes sociales y voz a voz en la sensación de inseguridad de los ciudadanos”, dijo. 

Acto seguido destacó que durante el primer año de gobierno de Claudia López todos los delitos bajaron al comparar el 2020 con el 2019, salvo el hurto a bicicletas. Aseguró que no había sido por las cuarentenas, como habría pensado cualquier ciudadano del común, sino por el “trabajo articulado con la Policía, la Fiscalía, la administración y la nación”. 

Es decir, no había motivo para preocuparse si los indicadores mostraban una baja. 

En ese momento, además, personas dentro de la Alcaldía preguntaban a los periodistas por qué les daban más visibilidad a noticias como el asesinato de un hombre en Transmilenio y menos espacio a las capturas de los delincuentes. 

Estas afirmaciones recuerdan la mirada sobre los medios de comunicación de la escuela de Frankfurt, después de la Segunda Guerra Mundial. Sus teóricos, entre los que estaban Adorno y Horkheimer, tenían la tesis de que los medios y la propaganda eran tan poderosos en la sociedad que por eso había sido posible el nazismo. La Alcaldía, por lo menos durante la gestión de Hugo Acero, parecía tener una visión similar, los medios son tan poderosos que son los responsables del miedo en los bogotanos. 

En cambio, la mirada de Jesús Martin Barbero plantea, en publicaciones como De los medios a las mediaciones, que quien consume un tipo de contenido no es una persona pasiva, sino que puede tener una opinión crítica frente a lo que los medios les dicen. Básicamente. Barbero no subestima a los consumidores de medios. 

Esta perspectiva podría acercarnos más a la lectura de los ciudadanos frente a lo que dice la prensa sobre la seguridad, teniendo en cuenta que hoy los medios de comunicación no gozan de credibilidad entre la población. Según la última encuesta de Invamer Gallup, tienen una desfavorabilidad del 63 por ciento. 

Eso no implica, sin embargo, que los medios no tengan ningún tipo de incidencia pues todo depende del contexto. Pero quizá habría que girar la mirada hacia plataformas, como Whatsapp, que en los últimos años han mostrado tener mayor penetración en la percepción de los ciudadanos. 

Prueba de eso es que recientemente las denuncias de hechos de brutalidad policial en el paro de este año llegaban primero por grupos de Whatsapp entre familiares, amigos y compañeros de trabajo. Los hechos fueron conocidos primero en redes sociales como Twitter antes de que fueran reproducidos por los grandes medios de comunicación. 

Estas plataformas son tan poderosas que incluso pueden influir en la reproducción de información falsa. Un estudio del Instituto de Internet de la Universidad de Oxford https://demtech.oii.ox.ac.uk/wp-content/uploads/sites/93/2019/09/CyberTroop-Report19.pdf mostró que Facebook continúa siendo la plataforma más usada para manipular, y que en 56 países encontraron evidencia de campañas de propaganda computacional organizada, con difusión de imágenes y video en Instagram y YouTube.

Un ejemplo de esto es lo sucedido con el plebiscito por la paz. Los promotores del NO lograron ganar en parte gracias a noticias falsas, reproducidas por Whatsapp y redes sociales. Decían, por ejemplo, que el acuerdo de paz era un rito satánico, que el proceso de paz traía un enfoque de género que promovía el aborto, que les quitarían el 7 % de las pensiones a los ancianos para darle plata a los exguerrilleros, entre otras. Las redes también fueron clave en generar un ambiente muy negativo a la ministra Gina Parody, que terminó renunciando.  

El ejemplo del plebiscito es importante para mostrar el desbalance de redes sociales frente a medios de comunicación más tradicionales.  Los grandes medios del país, entre los que estaban El Tiempo, El Espectador, La W y Caracol, y otros no tan grandes cómo La Silla Vacía, estuvieron jugados con el proceso de paz. Los resultados de la votación mostraron que no fue suficiente manifestar abiertamente su apoyo a los acuerdos de La Habana.  

El poder de las redes como Whatsapp también se hizo sentir durante las protestas de noviembre 2019 en Cali y Bogotá. Cientos de personas se armaron con palos en las entradas de sus casas porque corrió por Whatsapp la supuesta idea de que había delincuentes que se iban a meter al conjunto de al lado en la noche. https://www.bluradio.com/nacion/se-manipulo-a-la-gente-con-supuesta-entrada-de-vandalos-a-conjuntos-cifras-conceptos. Fue tal el pánico que el exalcalde Enrique Peñalosa declaró toque de queda en la capital. Luego se supo que todo era una farsa. 

Hechos como estos prueban que es mucho mayor la incidencia de redes sociales y de mensajería instantánea en la percepción de la ciudadanía que lo que pueden lograr los medios de comunicación. 

Bogotá volvió a ser una ciudad muy insegura, más allá de la percepción

Aunque se pueda decir que las redes y los medios reproducen los casos de inseguridad, Bogotá volvió a tener indicadores preocupantes. Es un tema que va más allá de la percepción. 

Por ejemplo, el delito de más alto impacto, el homicidio, volvió a niveles que no registrábamos hace una década. Las cifras de 2021 indican que esa tendencia se rompió, a pesar de que tuvimos cierres parciales y cuarentenas en el primer semestre Según las cifras de la Secretaría de Seguridad, se han reportado 94 homicidios más entre enero y agosto de este año que en el mismo periodo de 2019, antes de la pandemia. Esto significa un preocupante aumento de 56 % a corte de agosto. El mensaje es simple: hoy están matando más que hace unos años. 

No solo eso, el nuevo secretario de seguridad, Aníbal Fernández de Soto, ha reconocido que los robos, el delito más común, se están cometiendo con más violencia. Según ha explicado a varios medios, las cuarentenas y medidas como el distanciamiento social han hecho que los delincuentes dejen de recurrir al cosquilleo para robar. Ahora abordan a sus víctimas y para asegurar el delito recurren al uso de armas blancas, de fuego y de fogueo. 

“Antes para robarte el celular, por ejemplo, te raponeaban o te amenazaban, ahora primero te hieren antes de robarte”, dijo Fernández de Soto a La Silla Vacía. 

Uso de armas en hurto a personas

        Arma de fuego    Arma blanca        
2021        9.793            16.478
2020        6.112            13.406
2019        5.406            22.817
2018        6.607            17.478

Fuente: Secretaría de Seguridad

Una muestra del aumento del nivel de violencia es el hecho de que hayan asesinado a dos personas en el sistema de transporte por robarlas. Un hecho que no había pasado en la historia reciente y quizá eso explica el cubrimiento que tuvo y que se haya vuelto viral en las redes sociales.

Además, este semestre, con la apertura total de la ciudad, se demostró que la cuarentena de 2020 sí tuvo efecto en la reducción de delitos. Es por eso que cuando se compara 2021 con 2020, hay varios delitos que aumentan.

Ahora, si se compara el comportamiento del crimen de este año con 2019, de todos modos, hay dos delitos que suben, además del homicidio: el hurto a bicicletas (+25 %), hurto a automotores (+12 %). 

Es cierto que hay varios delitos que han mejorado en comparación con el año 2019, el hurto  al comercio, que se redujo en 57 % o el hurto a entidades financieras que se redujo en 43. Pero los medios suelen poner el foco en lo que está mal para entender el fenómeno y para saber qué están haciendo las autoridades para que mejore. 

Quizá esa atención y sobre todo la desazón que muestra la ciudadanía en redes y en las encuestas ha servido para que la seguridad sea uno de los temas más importantes en la agenda de la Alcaldía de Bogotá. Y como la seguridad no va solo mal en Bogotá, también está entre las prioridades del gobierno de Iván Duque. No todo está en manos de la alcaldesa, de su secretario de Seguridad ni del comandante de la Policía Metropolitana. Pero una de sus promesas de campaña era convertirse en la campeona de la seguridad, la jefe de la Policía. Las cifras, más allá de la percepción y del papel de los medios y las redes sociales, indican que hay que redoblar esfuerzos.