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Rendición de cuentas 2019
César Andrés Restrepo Florez

César Andrés Restrepo Florez

Director Seguridad Urbana - ProBogotá Región

Seguridad psicológica y percepción de la ciudad


Edición N° 9. Abril de 2021. Pensar la Ciudad
Autor: César Andrés Restrepo Florez | Publicado en March 28, 2021
Imagen articulo Seguridad psicológica y percepción de la ciudad

La seguridad psicológica es el resultado de una experiencia individual en la que influyen estímulos externos determinados por un nivel de intensidad y de afectación sobre los intereses, temores o expectativas de cada ciudadano (1).  Es una comprensión personalizada del entorno y de la relación que se tiene con este, dando lugar a un imaginario particular sobre la vida cotidiana, que define el panorama de retos y desafíos que un ciudadano debe enfrentar más allá de su esfuerzo personal en la concreción de un proyecto de vida.

Los gobernantes enfrentan en la actualidad una gran presión por comprender la seguridad psicológica de los ciudadanos, dado que un entendimiento exitoso podrá valorizar su gestión y robustecer su proyecto político. El debate público se ha llenado de comparecencias, debates y discusiones sobre la verdad que define el ambiente general de seguridad de una ciudad.

Esta comprensión se obtiene a partir de la estructuración de información proveniente de datos oficiales, instrumentos de recolección de la opinión ciudadana y herramientas que aplican la ciencia de datos para encontrar las respuestas escondidas detrás de la información y las encuestas.

La seguridad y la convivencia ciudadana es una de las dimensiones que más hace uso de estas herramientas. El Gobierno nacional ofrece registros administrativos caracterizados en más de 10 campos de información por parte de la Policía Nacional y una encuesta anual de percepción y victimización realizada en un agregado de 28 ciudades, con detalle en al menos 13 de estas.

En el ámbito local, además del aprovechamiento de los datos nacionales y la aplicación de algunas herramientas focalizadas que hacen las alcaldías, algunas organizaciones privadas y de la sociedad civil han asumido un rol de seguimiento a la gestión pública de la seguridad a través del monitoreo de la percepción y la victimización.

En Bogotá, la organización Bogotá Como Vamos (2) y la Cámara de Comercio de Bogotá -CCB- (3) se han encargado por más de dos décadas de aplicar encuestas que consultan la percepción de seguridad, ampliando la observación más allá de los hechos victimizantes que han afectado a los ciudadanos.

Como en todos los asuntos ocurridos durante el 2020, el seguimiento y monitoreo a la seguridad ha sido un reto. No obstante, a partir del II semestre en Bogotá se aplicaron las encuestas que nos permiten hacernos una idea de cómo se sienten los bogotanos respecto a la seguridad de la ciudad.

La encuesta “Mi Voz Mi Ciudad” de Bogotá Como Vamos realizó 12.616 encuestas virtuales al inicio del II semestre en las que consulta sobre el ambiente general a partir de 9 áreas.  En la dimensión de la seguridad el panorama muestra que solo el 28% de los ciudadanos se siente seguro en su barrio. Asimismo, una desagregación de esta cifra indica que el estrato bajo es el que tiene una percepción de inseguridad más alta, y que las zonas Suroriente y Suroccidente de la ciudad registran menor sensación de seguridad. De acuerdo con la medición, el 24% de los encuestados declararon haber sido victimas y solo el 6% acudió a la justicia a denunciar. De estas, el 58% se presentaron en oficinas de justicia y el 30% en la Policía, sin que los canales electrónicos jugaran un rol representativo.

Por su parte, la Encuesta de Percepción y Victimización de la CCB realizó 3500 encuestas telefónicas entre noviembre y diciembre en las 19 localidades urbanas. El resultado indicó un aumento en la percepción de inseguridad en la ciudad entre 2019 y 2020, pasando de 60% a 76%. Este aumento, explicado en parte por un incremento de la sensación de inseguridad en mujeres del 61% al 81% en el periodo comparado, es el peor resultado ofrecido por este instrumento en 5 años.

En una mirada detallada, el porcentaje de encuestados que señalan sentirse seguros en el barrio cayó del 44% al 41%. Por su parte, los delitos que más preocupan a los ciudadanos son el hurto a personas (49%), el homicidio (10%), el feminicidio (8,4%), la violencia contra la mujer (4,8%) y el vandalismo (4,8%). El estudio resalta un aumento sostenido de la preocupación por los delitos de feminicidio y violencia contra la mujer en los últimos tres años.

En relación con el espacio público, el espacio que más se percibe como inseguro es la calle (45%), seguido de los puentes peatonales (22%), potreros (14%), paraderos (9%) y parques (8%). El 78% de los ciudadanos considera que el sistema de transporte es inseguro o muy inseguro.

Respecto a la victimización, el 17% de los encuestados indicó haber sido victima directa de un delito. Solo 48% de estos ciudadanos denunciaron los hechos. 

Finalmente, la Encuesta de Convivencia y Seguridad Ciudadana ECSC 2020 realizada por el DANE se realizó entre agosto y octubre de 2020, en 24 ciudades y con un total de 129,709 encuestados. En sus datos de 2020 la encuesta señala que en Bogotá el 69% de los encuestados se percibe inseguro en la ciudad. Este instrumento no ofrece mayor detalle en su reporte público hasta el momento y su referencia sobre victimización hace referencia al 2019.

La aplicación de estas encuestas que indagan sobre la seguridad psicológica de los bogotanos en 3 periodos diferenciales a lo largo del II semestre del 2020 permite construir un panorama ampliado que ofrece algunas claves sobre las expectativas que tienen los ciudadanos frente a la gestión local de la seguridad.

De acuerdo con el Plan Distrital de Desarrollo y el Plan Integral de Seguridad, Convivencia y Justicia, el enfoque de género y mujer es uno de los 4 sobre los que el gobierno local proyecta el mejoramiento de la confianza ciudadana. La proporción de 8 de cada 10 mujeres que se perciben inseguras en la ciudad al final del 2020 representa un reto considerable para la administración en una ciudad que enfrentará los efectos socioeconómicos de la pandemia.

La recuperación de la confianza en el espacio público también representa un desafío considerable para la administración. Las encuestas dejan ver la existencia de una profunda desconfianza en la calle, el transporte y los mobiliarios urbanos a la que se sumará un incremento considerable de la incomodidad y los riesgos en el entorno por la proliferación de obras públicas. En esa medida las autoridades deben enfocarse en la identificación de herramientas para resolver la conjunción de factores negativos que impiden el disfrute seguro del espacio público.

De otra parte, está la concentración de la sensación inseguridad en los barrios. La superación de esta percepción supera lo estrictamente policial. La mejoría en la confianza ciudadana en los barrios y sus entornos requiere de acciones en todas las dimensiones de los servicios que ofrece el gobierno local al ciudadano, incrementando así su sentido de pertenencia territorial y gubernamental, restaurando el tejido social y consolidando el sentimiento de seguridad.

En lo que concierne a la justicia el reto es mayúsculo. El número de encuestados que acuden a denunciar un hecho victimizador descarta a la justicia como mediadora legitima de conflictos o restauradora de derechos. Asimismo, es una alerta temprana frente a la proliferación de fenómenos de justicia privada. Al respecto, es necesario que la administración local construya una línea base de información robusta sobre servicios de justicia formales y no formales en su jurisdicción, con el fin de construir una agenda definida frente a las obligaciones de la administración de justicia con la ciudad. 

La confianza en las herramientas digitales como canales de denuncia y reconocimiento de hechos también sale mal librada. Son desafíos de la transformación digital ampliar la atención al ciudadano y mejorar la efectividad en la respuesta. Los desarrolladores de herramientas y procesos asociados a este tema deben identificar y resolver las barreras de acceso de captura de datos y, sobre todo, de respuesta efectiva frente a un requerimiento ciudadano.

Si bien los elementos que definen la agenda local de seguridad superan ampliamente los temas desarrollados anteriormente, las herramientas de identificación de la percepción y victimización por ahora sólo ofrecen respuestas focalizadas en algunos de los eslabones de la cadena de valor de la seguridad y de los actores que interactúan en su desarrollo.

Con el fin de ampliar el conocimiento de la ciudad y de los ciudadanos, los gobiernos locales deben avanzar en la aplicación de herramientas de este tipo que ofrezcan el mayor detalle y el análisis más crudo posible para construir una hoja de ruta hacia la generación de confianza en un proyecto común de ciudad.

Las encuestas de percepción pueden ser una herramienta clave para recuperar el dialogo bidireccional entre gobierno y ciudadanos si se enfocan en evaluar la experiencia de ciudad en un amplio espectro de asuntos, a partir de criterios como la calidad del servicio al ciudadano, los tiempos de respuesta, la efectividad, sostenibilidad y pertinencia de la solución, e incluso su impacto en el mejoramiento de la confianza y la competitividad del espacio urbano.

Una comprensión oportuna y multidimensional de la seguridad psicológica de la ciudadanía es el primer paso hacia la recuperación de la confianza y la construcción de comunidad. Una sensación de seguridad deteriorada es una alerta de desgobierno y un paso hacia el desprestigio institucional.

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(1) Wang J, Long R, Chen H and Li Q (2019) Measuring the Psychological Security of Urban Residents: Construction and Validation of a New Scale. Front. Psychol. 10:2423. doi:10.3389/fpsyg.2019.02423 
(2) https://bogotacomovamos.org/quienes-somos/
(3) https://www.ccb.org.co/Transformar-Bogota/Seguridad-y-Justicia