María Teresa Molina Cifuentes
Ingeniera Civil, Ingeniera en Transportes y Vías, Especialista en tránsito, diseño y seguridad vial y Máster en Ingeniería Civil
El nuevo edificio para Facultad de Ingeniería: prácticas, investigación y zonas sociales
Edición Nº 7. Diciembre de 2020. Pensar la Ciudad
La infraestructura actual de las universidades, especialmente las de carácter público en el país, basa su distribución en un modelo académico de clases magistrales o teóricas, en la que la mayor parte de los espacios están diseñados de manera rígida o con baja flexibilidad, dispuestos con mobiliario estático y con un lugar para el expositor. Pero el análisis de los modelos de aprendizaje ha demostrado, que es a través de la práctica y de la interacción con los pares, como se construye y fortalece el conocimiento, se generan valores y dinámicas que propenden por un pensamiento crítico e investigativo.
En ese modelo del aprender haciendo, cobran máxima importancia los espacios de prácticas e investigación, donde se invita al estudiante a cuestionar y a validar a través del análisis, las diferentes teorías que se proponen en cada una de las áreas que estudia. Es así, como el trabajo colaborativo, principalmente desarrollado en el área de la ingeniería, permite que se contrapongan varios puntos de vista y que los estudiantes a través de espacios de prácticas comprueben las hipótesis que plantean, fortaleciendo no sólo su formación base, sino impulsando también los grupos de investigación y semilleros.
El otro componente de este modelo, indica que son igual de importantes que los espacios de prácticas académicas, los de esparcimiento, conexión social, estudio individual y grupal. Espacios que usualmente son restringidos en la mayor parte de las edificaciones, en las que se generan tan sólo como un requisito más dentro del programa arquitectónico, sin tener en cuenta que son precisamente los espacios de encuentro, los que le permiten al estudiante fortalecer los vínculos y relaciones sociales. Y son las zonas de estudio grupal o individual, las que complementan el modelo de aprendizaje práctico.
Bajo las premisas señaladas y ante la oportunidad que se presenta para desarrollar una nueva edificación para la Facultad de Ingeniería, de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, se parte no sólo de las necesidades latentes para cubrir el déficit de espacios académicos, administrativos y de bienestar, sino se plantea la pregunta ¿Cuál es el modelo de facultad que se quiere tener para los próximos 10 años? obteniendo como respuesta de la comunidad educativa: estudiantes, docentes y administrativos, que se busca tener una infraestructura flexible, que permita realizar cambios en su configuración, con redes altamente especializadas para los equipos y prácticas de laboratorios, confortable y que contemplen tanto las áreas académicas y de bienestar, para todos los actores que interactúan dentro de ella.
A partir del modelo planteado, se propone los diseños del nuevo edificio de laboratorios e investigación de la Facultad de Ingeniería, ubicado en el sector actual donde se encuentra la sede, carrera 7 con calle 40B, buscando un mejor aprovechamiento del suelo a partir de la demolición de dos edificaciones de tres pisos que tiene la Facultad, los edificios Alejandro Suárez Copete y la Red, que poseen un área de 3.236 m2 y manteniendo el edificio Sabio Caldas de 8 pisos, además de la integración del edificio administrativo de 10 pisos.
Para determinar la distribución ideal, se pusieron a prueba diferentes alternativas, que partían del potencial edificatorio del predio, en donde la mejor relación se obtuvo a partir de una edificación de 15 pisos, en la cual se logró equilibrio y eficiencia a partir de distintas variables: aislamientos, ocupación, capacidad de la planta tipo vs. eficiencia en las relaciones verticales, capacidad de los sótanos para dar cobertura a los cupos de estacionamiento, cumplimiento normativo, implementación de áreas para la mitigación de impactos urbanos, así como el cumplimiento de las expectativas de áreas esperadas para cumplir con los programas de formación de la facultad. En esta conceptualización, se incorporó la noción de campus vertical como estrategia para construir espacios de calidad y dar respuesta a las necesidades presentes y futuras.
El edificio planteado contempla la construcción de 12.268 m2, distribuidos en dos sótanos, un semisótano, un nivel público de doble altura a nivel de la carrera octava y 15 plantas tipo. La propuesta urbana refuerza la conexión existente entre la carrera séptima y octava, a través de una calle interior que a su vez se integra con el nuevo vestíbulo urbano que se genera al liberar la primera planta. Este espacio de gran proporción, tendrá un impacto positivo en todo el sector circundante, ya que evita aglomeraciones y mejora la calidad ambiental de la ciudad, al generar espacios de encuentro y de circulación al interior del predio, de igual manera, contribuirá a distribuir de manera más equitativa las cargas de desplazamiento vertical que hoy impactan de manera negativa las áreas colectivas del edificio, creando ingresos independientes a cada una de las zonas del proyecto en primer piso.
Los sótanos propuestos contemplan la incorporación de parqueaderos, impulsando la movilidad sostenible, a partir de priorizar los cupos para bicicletas (119), estimulando el uso de este tipo de medio de transporte. Para los pisos 1 al 15, se plantea el desarrollo de 23 laboratorios especializados, 11 salas de software, un observatorio astronómico en el piso 15, tres salas de investigación de doctorado y dos laboratorios, además del Centro de Computación de Alto Desempeño para este nivel de formación. Todo ello se complementa con zonas de bienestar por cada nivel, espacios de estudio individual y grupal, un comedor, salas de tutoría y de trabajo autónomo, un aula múltiple y terraza de esparcimiento, que permiten esas zonas de encuentro, descanso y estudio, fundamentales para el bienestar de la comunidad educativa.
La cubierta del edificio se plantea como un espacio abierto y contemplativo, de calidad, protegido del viento a través de fachadas y cortasoles, lo que dará adicionalmente confort y seguridad a los usuarios, aprovechando el privilegio de tener el paisaje cercano de los cerros orientales y el paisaje lejano de la ciudad al occidente, le dará a este espacio un ambiente propicio para el ocio y la vida social, fomentando la construcción de las redes colectivas y de interacción, que son base de la vida académica.
Con la ampliación de la facultad también se resuelven temas de accesibilidad para personas de movilidad reducida, se incorporan ascensores para mitigar las relaciones verticales conflictivas, se plantean ascensores negativos para acceder a las plantas bajas y permitir control en los accesos de los usuarios que se mueven por el edificio. De igual forma se proyectan escaleras tipo tijera para toda la edificación, que facilitan el tránsito entre niveles y que por su configuración sin descanso acortan los recorridos. Por otra parte, la nueva infraestructura, se vincula al edificio del Sabio Caldas conectando las circulaciones existentes del costado norte de esa edificación a partir del segundo nivel, generando una infraestructura más robusta, en las que los usos de las dos edificaciones se complementan y permiten la circulación peatonal de manera más ágil.
La forma en cómo se distribuyeron los elementos programáticos en las plantas típicas del edificio, permitirá la versatilidad de nuevos espacios académicos. Razón por la cual se acudió a un sistema estructural por medio de dos grandes muros en concreto reforzado, las cuales involucran al interior, las rutas verticales de evacuación, ductos y sistemas de redes, liberando así la parte central de la planta del edificio. Esta distribución da flexibilidad a la facultad, para realizar redistribuciones a lo largo del tiempo, sin alterar la infraestructura de redes y servicios propuesta, generando corredores periféricos a los núcleos centrales, resolviendo la accesibilidad y protegiendo las áreas académicas del impacto solar y acústico, además de aportar espacios de uso complementario de encuentro y descanso.
La disposición de las plantas permite generar ventilación natural cruzada en la mayoría de los espacios, las condiciones de iluminación natural y de control solar se adaptan a las circunstancias del lugar, generando importantes ahorros en el consumo de energía. Los jardines elevados en interacción con los espacios de bienestar, así como los materiales empleados les dan a los espacios la calidez necesaria para asegurar su correcto funcionamiento y duración en el tiempo.
El proyecto contempla una doble fachada externa (ventanería + cortasoles), que en conjunto permiten tanto la ventilación natural como el control solar. Acústicamente, los materiales y detalles del edificio permiten que se aísle el ruido y se evite el paso, tanto de los ruidos exteriores a la edificación, como entre espacios internos. Para las fachadas internas en las zonas de laboratorios, se plantearon divisiones en vidrio apoyadas sobre perfiles tubulares en acero, dando una sensación de mayor amplitud y confort para los usuarios.
En relación a las instalaciones técnicas el edificio propende por la mayor eficiencia, tanto en la red eléctrica como hidrosanitaria. Para la primera se planteó un diseño lumínico con un sistema de control y monitoreo, que acorde a la hora del día y la incidencia solar, permite el apagado automático de las luminarias. En el segundo aspecto, se contempla un aprovechamiento de aguas lluvias, para el riego de jardines en los primeros pisos del edificio, además de la implementación de grifería y equipos sanitarios de bajo consumo.
Uno de los aspectos más relevantes en relación a las instalaciones es el asociado, a las redes de voz y datos, en la que no sólo se tuvo en cuenta los requerimientos de los laboratorios y salas de software, proyectando instalaciones robustas de alta capacidad, sino también ofrecer cobertura Wi- Fi en la totalidad del edificio. El proyecto estará dotado con equipos de comunicaciones, seguridad electrónica en video vigilancia, control de acceso, detección de intrusos y detección de incendio y así garantizar la conectividad y la seguridad física dentro del mismo.
Todo ello se complementa con un mobiliario ergonómico y flexible, que permita diferentes configuraciones, sillas móviles, mesones de alta resistencia y con paneles de servicio, además de una dotación de medios audiovisuales para el apoyo en el desarrollo de las asignaturas.
La construcción de este nuevo edificio está estimada para comenzar en el segundo semestre de 2021 y se desarrollará en un lapso de cuatro años, los seis primeros meses destinados a las actividades preliminares y demolición, tres años para la construcción civil y los últimos seis meses para la dotación de mobiliario, cableado, certificaciones y conexión de servicios públicos. El proyecto será financiado a través el Sistema General de Regalías, en sus componentes de construcción y dotación de mobiliario, con una inversión de alrededor de $100.487 millones de pesos. Y se busca que beneficie a 8.500 estudiantes y más de 500 docentes, con la creación de espacios académicos especializados, que fortalezcan la investigación y la formación en los distintos niveles, además de la creación de nuevas áreas de esparcimiento para el bienestar de toda la comunidad.